Relatos eróticos

Aquí podréis ver publicados los relatos eróticos que escribáis.
Espero que os animéis, es gratis jajajaja.
gaydj2010@hotmail.es
Agregarme también al msn, podemos charlar y así refrescar vuestras dudas y como no aceptar vuestras sugerencias.
Gracias.

Cuarteto solo por robar un collar (By Gayalot)

-Quiero ese collar -se emperretó Rafael,
Anteriormente no me hubiera pedido nada, pero nuestro amigo Víctor se moría por tener algo con ese guiri tan calentito, un alemán menudito al cual le había echado el ojo exclusivamente a mí. Pero realmente no me gustaba, ni siquiera se me había ocurrido ni por asomo tener sexo esa noche. Pero ver a mis dos amigos tan interesado y viendo que el guiri solo quería estar conmigo pues accedí. No tardamos demasiado en entrar en el cuarto oscuro y él me siguió. Atravesamos el pasillo de varios cuartos sin puertas, el olor a poper y a culo era inmenso, tanto como el aumento de la temperatura ambiental. La música del pub se escuchaba, pero claramente sonaba como un hueco incesante y habían muchos clientes que solo entraban a noveleriar con el fin de echar un vistazo rápido. Era normal pasar y que algunas manos te sobaran ciertas partes del cuerpo; la sensibilidad es el motor de todo sentimiento sexual.

En medio del pasillo hicimos un triangulo y acorralamos al alemán. Que gustosamente besó mis labios y acto seguido lo metimos en el interior del cuarto central. El calor aumentaba por segundos y la experiencia era de lo más llamativa. Él se viró de espaldas a mis amigos y se agachó a mis pies, acto seguido me bajó la cremallera del pantalón vaquero y sacó mi miembro con total sabiduría del tema al que estábamos a punto de llegar; sin dudarlo comenzó a chupármela como nunca. Tanto que pronto gemí y jadee del placer tan intenso que me proporcionaba su boca caliente, pequeña pero jugosa.

Mis amigos también se sacaron los penes y me sorprendí de sus durezas y portes imponentes. se las había visto a pelo, pero nunca tan duras y empinadas. Yo hice que él se las chupase, incluso le obligué empujando su estrecha cabeza rapada con mis manos. Se colocó de espaldas y le bajamos los pantalones entre Víctor y yo. Rafael prefirió levantarle la blusa sin necesidad de acariciar ninguna parte de su cuerpo, simplemente anhelaba ese collar de pinchos tipo punk/gótico y no le quitaba la vista de encima. Él fue el primero en encularle a gusto con condón mientras sujetaba su anhelado collar con la mano derecha como si estuviera montando a un caballo. Víctor gozaba siendo oralmente masturbado mientras que yo me mantenía a un lado, observando la escena y deseando que la tierra me tragara sin dudarlo. Rafael me pedía que siguiera a continuación, pero no quería. Me gustaban los tríos y cuartetos, pero no tan unidos. Preferí ser el último y justo cuando estaba a punto de caramelo, comenzó a embestirle con gran violencia, unas embestidas brutales que el ruido de sus huevos con el trasero del alemán atraían al resto de observadores del cuarto oscuro. Finalmente y tras un fuerte grito eyaculó con el condón puesto y se apartó ligeramente.

Le llegó el turno tan deseado a Víctor que se situó tras las nalgas del extranjero de vacaciones en la isla embistiéndolo de una manera casi cómica, pero profunda. Entre jadeos y suspiros roncos de placer. Yo tuve que permanecer con su boca tragándose mí polla hasta la garganta y debo reconocer que en ese momento me estaba excitando y sintiendo un placer descomunal. Víctor se detuvo ya que no tenía condón al igual que yo y el alemán lo apartó porque no quería que se le fuese dentro; desgraciadamente mí amigo no era tan guapo ni triunfaba si no lo hacía en la oscuridad de estos lugares que frecuentaba continuamente.

Yo no tenía condón y por eso no quise metérsela, pero estaba tan caliente que ni pensé en las consecuencias, solo pensé en el puto placer que me proporcionaría. Al entrar por su ano sentí un placer indescriptible, las paredes de su ano era esponjoso, creo que el ano mas esponjoso y delicioso en el que había entrado mi pene en años. Pensé a la mierda y disfruté como un condenado; separé sus nalgas y me trinqué a sus hombros con una rabia descomunal. Rápido y profundo, fuerte y con rabia. Le sentí gemir como a una puta, como a una perra en celos y escuché los jadeos de Víctor viniéndose en la boca de éste que escupió con fuerza todo el semen que había recibido.

Víctor salió del cuarto y solo alcancé a ver una mano soltar la trinca del collar del alemán; era Rafael robándole como una sombra.
-¡Ey, ey! -exclamó el alemán.

Pero no pude evitar el detenerle con fuerza bruta para mantenerlo así como se encontraba, con las piernas separadas y aún de pie continué aprovechándome de su grandioso culo. Él sintió que me venía y no pensó ni siquiera detenerme; colocó el pompis en mejor posición más receptivo dejando que me fuese dentro. Me sorprendí de la gran cantidad de esperma que expulsaba mí polla y como él la recibía como una auténtica puta extranjera; quedando inmóvil:
-Thank you -susurré a su oído tiernamente.

No dijo nada. Suspiré y saqué mi endurecida polla de su culo tragón y me la guardé en los pantalones nuevamente. Él me miró y salió del cuarto oscuro. Yo salí por la puerta contraria y me reuní con mis amigos en el bar. Rafael ya tenía puesto el collar en el cuello y Víctor tenía el rostro de haber disfrutado como nunca.
Esa noche no nos topamos más con el alemán y nosotros continuamos la fiesta hasta de madrugada.

By Gayalot



Trío en la playa (obligamos a un desconocido) By Gayalot

No he podido resistirme a escribir mí propio relato. Así podré interactuar y responder a los excelentes comentarios que de seguro les gustará tanto como a mí:


Trío en la playa (obligamos a un desconocido)

Aquella mañana de verano nos fuimos a la playa como cada día. Había mucha gente y como nos gustaba estar tranquilos preferimos colocarnos en la zona de piedras. Hablamos sobre el día tan bueno que hacía y sobretodo de los buceadores y pescadores que se encontraban alrededor agarrando las cañas como su fueran sus miembros.

A eso de las cuatro el sol apretaba y el calor nos hizo sudar, por lo cual decidimos meternos en el agua. El acceso era complicado debido a las olas y las corrientes. Pero por lo menos nos habíamos colocado en una zona protegida por rocas de más de dos metros de altura que nos protegían de las incesantes embestidas de las olas. Parecía que el Dios Tritón estaba enfurecido con las costas.

Veíamos hombres guapos y atractivos. Sobretodo solos y nos percatamos de uno que llegó con una maleta a la espalda y situó su toalla a unos metros más allá. Se deshizo de la ropa y quedó en bañador. Nos miró mientras leía un libro de bolsillo y sonrió. Era bastante normal su reacción, éramos chicos de barrio, chicos que aparentábamos ser heterosexuales. Él tendría unos treinta y dos años, nosotros dieciocho.

Salimos del agua, mí amigo no paraba de echarle miradas convincentes y me hablaba de lo bueno que estaba. Siempre fue más promiscuo y se enrollaba muy rápido con hombres. Sobretodo mayores y desconocidos. Era pasiva, nunca pensó en la idea de ser activa por un día, pero insinuaba que a ese desconocido se la metería por el culo. ¿Cuál fue nuestra sorpresa? Que el susodicho se acercó a pedirnos fuego simpáticamente.
-¡Sí, toma! -dije yo dándole el mechero.
-¿Es verdad lo que dijiste? -le preguntó a mí amigo.
-¿El qué? -preguntó Samuel desconcertado.
-Lo de metérmela.
-¿Por qué? -preguntó nuevamente-, ¿quieres follar?
Tan pronto terminó la frase y se morrearon. Tanto que hasta me sorprendí, como tan pronto empezaron los toqueteos y manoseos del cuerpo de ambos. Su mano recorrió mí pecho hasta mí bulto y se sorprendió al ver como se me endurecía. Nos besamos mientras mí amigo le tocaba el culo.
Su cabeza se agachó hacia mí pecho y mi barriga, lamió mi ombligo y pidió educadamente que me sacara el pene. No lo dudó y pronto se lo metió en la boca. Una boca linda y rica. Daba lametones y mamadas espectaculares. Seguidamente fue a mi amigo con todas las ansias de disfrutar de dos pollas en la boca. Mí amigo disfrutaba, incluso gimió.
Me deslicé a su espalda puesto que estaba súper caliente y pensé en metérsela. Él no quiso puesto que no llevábamos condones
-¡qué putada! -pensé.
Le bajé un poco el bañador, solo para verle el pomposo trasero delicioso mientras me masturbaba y rocé mi glande baboso por su ano, un esfinter visiblemente dilatado. Me fui masturbando mientras mi amigo le agarraba la cabeza, entre risas mudas y señas logré meterle la punta a la fuerza. Él intentó apartarme con sus manos pero Samuel le inmovilizaba la cabeza con ambas manos.
-¡Tranquilo, tío! -susurré-, solo un poco...
Sé que le dolía porque realmente tengo 18 centímetros y poco a poco le iba entrando tras echarme un poco de saliva en el tronco. A los pocos minutos ya estaba todo dentro, él a cuatro patas que cada vez abría más. Samuel jadeaba y ponía cara de placer mirando al cielo descubierto. Yo también estaba en mí salsa y a punto de caramelo.
-¿Te vas a correr? -preguntó el tío parando en seco.
-¡No, sigue! -exclamó Samuel de manera déspota.
El tío continuó, Samuel y yo nos miramos con complicidad. Con eso nos bastó para saber que los dos acabaríamos a la vez.
-¡Ven, túmbate boca abajo! -exclamé.
Samuel continuó sentado con las piernas separadas en V, mientras agarraba la cabeza del tío. Yo me tumbé encima porque pesaba más que él. Poco a poco comenzó a mover los dedos de los pies a símbolo de estar a punto al igual que su estómago se contorsionaba. Yo también estaba bastante a gusto, realmente aunque quisiera no quería parar. Así que continuamos, noté que el tío también era conocedor de lo que se avecinaba. Sin tiempo a reaccionar, nos miramos y él comenzó a hacer movimientos de incomodidad y desacuerdo. Pero no podía hacer nada con dos jóvenes que se le iban dentro sin pausa y sin tino. Escupió el semen que había eyaculado Samuel en su boca y dio varios saltos con mi Eyaculación en el interior de su culo pomposo y dilatado. Al separarnos el comenzó a insultarnos y se marchó sin mediar palabra. A medio camino entre sus cosas y nosotros se medio agachó y expulsó el semen que le había echado en el culo. Luego al llegar a sus cosas sacó un papel higiénico y se secó. Recogió sus cosas y arrancó tan rápido como llegó. Durante el trayecto lo vimos escupir. Samuel y yo nos reímos un rato pues habíamos disfrutado con esa puta que nos vació para quedarse llena de semen caliente. Seguramente que no vuelva a ser tan lanzada con chicos jóvenes y poligoneros como nosotros que disfrutamos de lo lindo de esa experiencia.

Pero hay más. En otro momento os contaré otras experiencias reales que me han sucedido a lo largo de la vida.
Un saludo y espero que os animéis a mandarme vuestros relatos eróticos o fantasías sexuales.

By Gayalot